domingo, 9 de marzo de 2014

Tarjetero Índice de Pacientes



El Tarjetero Índice de pacientes: es un fichero donde son archivadas  las  tarjetas índice, que se lleva en los establecimientos de salud, en estricto orden alfabético.

                      Tarjeta Índice.- ., son tarjetas que contiene los datos del paciente y permite conocer el número de historia clínica que tiene determinado paciente.

                      El tarjetero índice de pacientes es uno de los índices esenciales del hospital.  A cada nuevo paciente se le asigna un número bajo el cual todos sus datos clínicos serán archivados.
                 Esta es la clave que permite localizar la historia clínica de un determinado paciente, nos permite saber si éste ha sido atendido anteriormente y conocer el número de su historia clínica.
                 Para evitar que un paciente tenga más de una historia, es imprescindible consultar el índice de pacientes antes de asignarle un número de historia clínica.
                 No siempre se puede confiar en la información facilitada por el paciente sobre la atención que se le prestó anteriormente. Es posible que niegue haber sido atendido previamente, ya sea porque se imagine que de ese modo se le atenderá más rápidamente, porque no le gustará el médico, porque haya perdido su cédula de identidad, porque esta vez vuelva a la institución por otra razón o sencillamente porque se le haya olvidado.
                 Uno de los métodos más antiguos de llevar el índice de paciente era a través de libros, bien fuera encuadernados o de hojas sueltas, en cuyos márgenes figuraban las letras del alfabeto.
                 Resultaba imposible mantener el orden alfabético y ello ocasionaba pérdida de tiempo. Debido a los inconvenientes creados por ese tipo de ín­dice, se optó por usar tarjetas que se prestan mejor para mantener el orden alfabético.     
                 Las tarjetas se pueden archivar en un fichero vertical (colocándolas una tras otra en las gavetas) en un fichero visible. En algunos hospitales el índice de pacientes se llevaba en forma visible. Los datos esenciales se anotan bien sea en cintas de cartón o en tarjetas, según el método seguido, y éstas se archivan en tableros colgados en un estante destinado a ese fin. Este sistema permite una consulta rápida pero tiene el inconveniente de que requiere más tiempo para archivar, resulta difícil de ampliar y ocupa un espacio grande.
                 Cuando se trata de cintas de cartón, la cantidad de datos que se puede registrar en cada una es reducida.                                                                        .
                 Este sistema visible que es atractivo antes de comenzar a usarlo  y durante el primer periodo; de uso, trae dificultades posteriormente, por lo cual su uso no es recomendable.
. Debido a que el índice aumenta constantemente de tamaño y es imprescindible mantenerlo en un orden alfabético exacto, el método de archivar que ofrece más ventajas es el vertical.
                 La tarjeta debe contener suficiente información para identificar al paciente. Los datos mínimos son: Apellidos y nombres, número.de historia clínica, sexo, Cédula de Identidad, dirección, lugar y fecha de nacimiento.

o  N° Historia Clínica: Colocaremos el número asignado a la historia clínica.
o  Apellidos y nombres: deben anotarse completos y en letra mayúscula.
o  Sexo: Colocar F para femenino y M para masculino
o  Estado Civil: C = casado, S = soltero, V = viudo, D = divorciado.
o  Lugar y Fecha de Nacimiento: Lugar donde nació y fecha (día, mes y año).
o  Domicilio: dirección completa donde vive el paciente o algún punto de referencia para ubicar su vivienda.
o  Fecha de apertura: Anotaremos la fecha en que abrimos la historia clínica
                 La fecha de nacimiento se incluye porque es uno de los mejores datos de identificación que existen.   :
                 El agregar datos innecesarios no sólo lleva más tiempo y aumenta la posibilidad de error al copiarlos, sino que además requiere una tarjeta más grande que ocupa más espacio.
                 Los datos más importantes en la tarjeta son los apellidos .y nombres del paciente y el numero de su historia clínica; los apellidos siempre deben aparecer antes de los nombres. Puesto que el índice se consulta por apellido y .nombre y las tarjetas se manipulan con la mano derecha, el apellido se de­be escribir en el borde superior a la izquierda de la tarjeta. Este dato debe figurar lo más arriba posible, a fin de permitir una consulta rápida.   Igualmente, el número de historia clínica debe ocupar un lugar de preferencia.
                 Si la tarjeta contiene un mínimo de información, no es necesario que  sea impresa, aunque si es imprescindible que los datos aparezcan siempre en el mismo orden y que la distribución de espacio siempre sea igual.
                 Cuando son varios los datos que se quiere registrar en la tarjeta índice y éstos van a estar completados por distintas personas, conviene que la tarjeta sea impresa para tener la seguridad de conservar el orden establecido y evitar que alguien se olvide de anotar algún dato.              
                 Si se utiliza el sistema de impresión automática de tarjeta (ficha plástica o metálica con los datos en .relieve) para identificar las hojas de la  historia clínica, los informes de laboratorio y radiología, etc., las tarjetas del índice de los pacientes se pueden preparar de la misma manera. En ese caso, el número de la historia clínica aparece en la ficha plástica y no es necesario numerar anticipadamente la tarjeta índice.
Hay que cerciorarse de que la impresión sea colocada lo.mas arriba posible a fin .de facilitar la consulta del índice.
                Se deben registrar todos los apellidos y nombres. Si la persona sólo tiene un nombre (o apellido), la ausencia del segundo se indica mediante un guión.
Las anotaciones se deben hacer en forma clara; se debe poner esmero en la ortografía asegurándose de que sea legible y basándose en los documentos del paciente o en sus indicaciones para deletrear el apellido.
                Tratándose de mujeres casadas, se debe establecer una norma que tomar siempre el apellido de soltera para fines de archivo y éste debe figurar en primer lugar en la tarjeta; ya que si se divorcia pierde el apellido de casada, al menos en nuestro país sucede así.
                Cuando los apellidos se archivan por orden alfabético, es necesario tomar en cuenta cada una de las letras que los forman, a fin de poder ubicar correctamente la tarjeta. El deletrear mal un apellido ocasiona graves errores en el archivo.
                El sistema Soundex, un método que se basa en la fonética, consiste en asignar un código numérico a los apellidos tal forma que aquellos que sue­nan igual o de manera parecida se archivan juntos.
                En la América Latina por lo común se utiliza el sistema alfabético.
                El alfabeto consta de las siguiente, letras; a, b, c, ch, d, e, f, g, h, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z..  La rr no está representada en el conjunto de letras que forman el alfabeto. Más de un hospital ha tenido dificultades con su índice de pacientes por el solo hecho de no haber adoptado un criterio uniforme sobre este punto.
                El alfabetizar consiste en poner por orden alfabético los apellidos o nombres según la secuencia en sus letras. Por ejemplo Castillo, Fernández y Pérez están ordenados en una secuencia alfabética, correcta puesto que el alfabeto la letra ( C ) precede a la ( F ) precede a la letra (P).
                Los apellidos García, Gómez y Gutiérrez están ordenadas en una secuencia alfabética correcta.  Aunque  la primera letra en cada apellido es igual,  la segunda letra es distinta en cada apellido y está ordenada en una secuencia alfabética correcta. La (a) en García a la (o) en Gómez y a la (u) en Gutiérrez.
                Los apellidos Cabello, Canales y Carranza están ordenados en una secuencia alfabética correcta. Aunque las primeras dos letras.de cada apellido son iguales, la tercera letra es distinta en cada apellido y por lo tanto está ordenada en una secuencia alfabética correcta.
                Las partículas como d, da, de, del, di, du, el, la, las, le, li, lo, los, M´, Mac, Mc, 0', van, Vander, von, etc., realmente forman parte del apellido aún cuando estén escritas separadamente o con letra mayúscula.  Al archivar se deben tomar en cuenta las distintas partes del apellido como si fuesen un todo. Por ejemplo, de las Casas se archivaría d-e—l-a-s-c-a-s-a-s, La preposición de que precede el apellido del cónyuge de la mujer casada, no se toma en cuenta para fines de archivo.
                Los títulos o rangos tales como Hermana, Padre, Doctor, General, etc. no se tornan en cuenta para fines de archivo. El índice se basa sólo en los  apellidos y nombres.
Al archivar, se toma en cuenta cada unidad del nombre de una persona, por ejemplo, el nombre Rosa Sánchez tiene dos unidades; Juan Sebastián Moreno tiene tres unidades; Ana María López Juárez. tiene cuatro unidades.
                Observe que siempre se invierte el nombre para que el apellido sea la primera unidad que se tome en cuenta al archivar. Por este motivo los apellidos siempre figuran en primer término en la tarjeta índice.
                Las partículas que proceden a los apellidos y forman parte de éstos se consideran una sola unidad, por ejemplo, de las Casas.
                Cada paciente debe tener sólo una tarjeta en el índice de pacientes. La única excepción sería si se agregaran al fichero tarjetas de referencia para facilitar la búsqueda de casos cuando el apellido o nombre cambia. Por ejemplo, al niño Juan González se le prepara una historia clínica (y por su puesto una tarjeta índice). Posteriormente su padre le da su apellido, Rodríguez. Se confecciona una nueva tarjeta utilizando el apellido Rodríguez. Se retira la tarjeta índice de Juan González y se reemplaza por una tarjeta de referencia. En caso de que se consulta el índice bajo el nombre de Juan González, entonces se podría localizar su historia.
                El índice debe ser único, en cuanto a sexo. En realidad no hay ventaja alguna en tener el índice separado por sexo o al tener tarjetas de distintos colores para cada sexo.
                Además de la confusión que se produce con los nombres que pueden usarse en ambos sexos (Jesús, María, Mercedes, Natividad, Asunción, etc.) existe el problema de no poder numerar anticipadamente las tarjetas y de no saber qué hacer una vez que se agotan las fichas de uno de los colores.
                El índice de pacientes debe ser perpetuo. Si bien es cierto que la tarjeta buscada se encuentra más rápidamente en un fichero anual si se conoce el año en que se inició la historia, lo más común es que el paciente no recuerde en qué año fue atendido y hay que consultar todos los años para asegurarse que el paciente no tiene una historia, o ubicar su número en caso que la tenga.

Normas a seguir:
o   En lo posible, se debe asignar la responsabilidad de archivar en el índice, a una sola persona.
o   La tarjeta se debe archivar en el tarjetero índice tan pronto como se haya prepa­rado pues solo así cumple su cometido.
o   Las tarjetas que se van a archivar deben colocarse en un orden alfabético exacto antes de intercalarlas en el índice de pacientes. Esto facilitará el proceso de archivo y además disminuirá la posibilidad de error.
o   Cuando los apellidos y nombres de dos o más pacientes son idénticos, las tarjetas se archivan según la fecha de nacimiento.
o   En algunos hospitales, sobre todo en aquellos donde se acostumbran agregar en la tarjeta la fecha de ingreso, las tarjetas de los pacientes interna­dos se archivan aparte. Esto requiere buscar en dos lugares cuando se necesi­ta consultar el índice, lo cual no es recomendable.
o   Sé aconseja revisar todas las tarjetas que hayan archivado personas nuevas a esta función. De esta forma se puede comprobar si efectivamente han comprendido las instrucciones escritas y se elimina la posibilidad de tener tarjetas mal archivadas.
o   Se debe prohibir el retirar una tarjeta índice del fichero. Una vez que se pierda la integridad del índice de paciente, éste ya no cumple su propósito.
o   El color de la tarjeta índice debe ser blanco o, si se utiliza color, se recomienda el amarillo claro o el verde claro, tonos que ofrecen el mejor contraste y son los que menos cansan la vista.
o   La tarjeta índice debe ser de un tamaño estándar, a fin de que permita usar equipo de tamaño estándar y resulte más económico. Las dimensiones más corrientes de la tarjeta son de 5 x 3.
o   Es sumamente importante que todas las tarjetas en el índice tengan exactamente las mismas dimensiones, pues una diferencia de sólo 1 ó 2 mm. puede difi­cultar enormemente el trabajo de archivo y búsqueda.
o   Al elegir el fichero se debe tener en cuenta la cantidad de consultas que se harán y el número de tarjetas que se archivarán diariamente. Si se va a usar con frecuencia, se debe evitar que  las gavetas estén muy cerca del piso porque, al aumentar la incomodidad con que trabaja el funcionario, se aumenta el número de errores, esto se puede evitar colocando el fichero sobre una base (con o sin ruedas) lo que resulta más económico que comprar un fichero más alto y dejar las últimas gavetas vacías.
o   Cuando hay un número considerable de tarjetas en el índice de pacientes y muchas consultas, conviene estudiar la posibilidad de contar con ficheros mecánicos.
o   En estos ficheros las tarjetas se archivan en bandejas móviles. La persona que atiende el fichero puede trabajar sentada pues, oprimiendo un botón, consigue que la bandeja que necesita se presente a la altura exacta en unos cuantos segundos.

               A veces es necesario que un carpintero construya un fichero de madera.
En este caso se advierte lo siguiente:
1.    Entréguensele al carpintero las dimensiones de la tarjeta índice y las de las guías auxiliares.
2.    No se permita que las gavetas queden demasiado apretadas porque dificulta su manejo.
               Cuando se inaugura un índice de pacientes se puede estimar el espacio que va a ocupar cada letra en el fichero, Para hacer esto, se puede .calcular mediante la guía telefónica el número de apellidos por cada letra, y determinar qué porcentaje del total ocupa cada letra. Estos porcentajes se aplican a los centímetros lineales disponibles para archivar en el fichero y así se logra el número de centímetros que se debe destinar a cada letra.
               La estimación del número de apellidos se puede hacer de manera relativamente rápida, si se usa una regla para medir el número de apellidos o si se cuenta el número de columnas y se multiplica por el número promedio de; apellidos en ca­da columna.
               Para expandir un índice de pacientes que ha estado funcionando se tiene que calcular el porcentaje del espacio total que ocupa cada letra en el fichero y calcular, proporcionalmente, los centímetros lineales que cada letra ocupará una vez que se haya agregado el nuevo fichero.
               Si el índice va a ocupar más de un fichero, el alfabeto se debe distribuir en las gavetas de los ficheros de modo que quede en un orden vertical. Esto per­mite que más de una persona pueda, al mismo tiempo, consultar o archivar en el índice.
               Si el hospital cuenta con una sola entrada para pacientes y si la distribución física del espacio lo permite, es conveniente ubicar el índice de pacientes en esta área. En esta forma es posible conversar directamente con el paciente para establecer si tiene o no una historia clínica. La inscripción al consultorio ex terno y la confección de la historia clínica puede hacerse en forma descentralizada.
               En un hospital donde haya más de una entrada para los pacientes o donde ha ya una sola entrada con un espacio físico tan limitado que sea necesario distri­buir a los pacientes de inmediato, el índice de pacientes se debe ubicar en el archivo. En este caso es imprescindible contar con buenas comunicaciones entre las oficinas de inscripción y admisión y el archivo, ya sea por teléfono, teletipo u otro sistema de intercomunicación.
                En algunos hospitales el índice de pacientes se lleva mediante un computador. Este aparato reemplaza al fichero y a la tarjeta índice y además, facilita la consulta. Sin embargo conviene tener en cuenta que el empleo de un computador no elimina la necesidad de ser cuidadoso cuando se obtiene los datos del paciente; tampoco implica que se deba consultar el índice de pacientes antes de asignar un número de historia clínica.

Fuente: Material de apoyo de la Universidad de los Andes.

Publicado por: Adela Ruiz

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