sábado, 11 de octubre de 2014

La Ética Profesional



¿Qué es la ética?                           
La ética es la parte de la filosofía que trata de la moral y las obligaciones del hombre.
La ética, está constituida por una escala de valores. Hay valores espirituales y valores materiales. Los valores espirituales son primordiales y son fines que debe perseguir todo hombre de buena voluntad. Los valores materiales son secundarios y son simplemente medios que utilizamos para conseguir nuestros fines.
Cuando en un hombre predominan los valores espirituales sobre los materiales, podemos estar seguros que jamás engañará a nadie. Nos agrada su compañía, nos sentimos seguros de él y eso fortalece la confianza y el aprecio que le dispensamos.
Toda, actividad humana está sujeta a las valoraciones de carácter ético que indican lo que moralmente es bueno 0 malo.
La ética determina la distinción entre lo bueno y lo malo en la conducta humana.  '        
La sociedad, las personas que tratamos, evalúan y juzgan nuestro comportamiento desde, el punto de vista moral.
El renombre, que nos hemos merecido por una conducta moral apropiada, asegure nuestra posición dentro de la colectividad, sin considerar la situación económica en la cual nos encontramos.
La actividad que estemos desarrollando, nuestro trabajo y la manera cómo tratamos a los demás, todo está sujeto a valoraciones de carácter ético.

El juicio ético.
El juicio ético dirige al hombre en la elección de los fines que persigue, y de los medios para conseguirlos.
Un filósofo ha dicho que “la naturaleza ha hecho sus distinciones entre los instintos del hombre y del ordinario: siguiendo su llamado, el ordenario va derecho y sin errar a su fin propio; al hombre, en cambio, la naturaleza le ha entregado en una mano la antorcha de la razón para iluminar su camino, y en la otra, las riendas de la libertad para dirigir sus instintos por el recto camino iluminado por la razón.  Si el hombre abdica de su razón o abusa de su libertad, sus instintos, sin luz o sin dirección, no lo conducen a un fin propio y racional, sino que van a dar con él en los abismos de la depravación”.
La conciencia dirige el juicio económico. ¿Cómo vamos a saber qué es lo correcto y que lo incorrecto en nuestra conducta? cuando buscamos la calidad moral de un acto, nuestra conciencia nos ayuda a reconocer lo bueno y lo malo.
Hay una diferencia entre la moralidad, y la moralidad por conveniencia.  Es diferente no hacer mal, porque esto ofende a nuestro espíritu, de lo que sería, no hacerlo porque nos causará la pérdida del empleo. En otras palabras, es diferente ser honesto por creer en la virtud de la honestidad, que serlo por el beneficio que la honestidad pueda proporcionar.
El comportamiento ético implica el juicio ético y la fuerza de carácter.
Límites que la sociedad pone al hombre.
El trabajador se desenvuelve en una empresa comercial o industrial. La empresa, según su especialidad, pertenece a una actividad económica. Esa actividad forma parte de la economía nacional.
El mundo económico se mueve sobre una base legal, compuesta por:
-      La Constitución
-      Las Normas de Derecho Administrativo
-      El Derecho Civil
-      El Derecho Mercantil
-      El Derecho Penal
-      La Ley del Trabajo
-      La Legislación Fiscal

La moralidad en la conducta.
La moralidad en la conducta exige lo bueno, lo correcto, y rechaza lo malo, lo incorrecto.
La mejor guía para nuestras conductas es el proverbio: 'No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti".
Un caso: Un empleado, Juan Pérez, necesita un aumento de sueldo de Be 4.000. Podría recibirlo trabajando en el puesto que ahora ocupa el colega José Martínez.
Pérez empieza a hablar mal del compañero, calculando que lo cambiarán de puesto para luego ofrecérselo a él. Esa falta de ética le preocupa. Tiene que escoger entre la paz espiritual y los Bs 4.000 mensuales. Cual, de los dos valores, predominará en la conducta de Pérez?... A qué clase de decisiones será propenso, se inclinará Pérez, cuando sirva con su trabajo a la colectividad?.

La obligación moral con la sociedad.
La actuación profesional tiene que estar en una posición de dignidad, que satisfaga las aspiraciones legítimas de la saciedad a la cual servimos y de la cual formamos parte integral. Nuestra obligación con la sociedad y con nosotros mismos consiste en comportarnos en rectitud de juicio, y en actuar según los principios d la ética profesional, por lo que entendemos como responsabilidad, social de nuestras actividades profesionales.
El hombre con ética está orgulloso de sus actos y siente satisfacción por haber escogido el recto camino en su conducta. Por otro lado, el hombre sin ética, es un infeliz que nunca está satisfecho, excepto con el engaño. Un hombre así, no contribuye con sus valores morales a la sociedad y, por consiguiente, es negativo para el progreso de la misma.
El hombre que desprecia la ética, es dañoso y su actitud es destructiva.

La obligación moral con la empresa.
La empresa donde trabajamos está incorporada a la vida económica de la localidad con carácter permanente. Cuando nos toca tratar con el público, nosotros representamos a la empresa. Cuando la empresa delega en el empleado su representación, ella pone en sus manos su honor y reputación. En el ejercicio de esa representación, las palabras del empleado son las palabras de la empresa; sus acciones acreditarán o desacreditarán a la misma.
Justifique la confianza depositada en usted y proceda siempre como hombre de honor, fiel a los principios de la ética profesional. Procure que sus gestiones sean justas y equitativas, tanto para el público como para la casa que Representa.
Únicamente prometa lo que su empresa puede cumplir y cumplirá. Sus declamaciones, decisiones y actos, repercutirán en el público, ya sea en forma favorable o desfavorable. No firmaría gustosamente. No olvide que la empresa aspira conquistar la confianza y la amistad del público.
Los hombres, con sus actividades, dependen cada día más unos de los otros.
El comercio es una actividad cooperativa, y para triunfar en un ambiente de prosperidad, los profesionales tienen que trabajar juntos y perseguir un fin común: la consideración y el bienestar para todos.

La obligación moral con los clientes.
Los clientes sostienen la empresa; la honradez es retribuida con la confianza del público. Si la empresa cumple, el cliente quedará satisfecho y regresará. No hay que olvidar que la empresa son los hombres que la componen.
La falta de argumentos sólidos puede inducirnos a exagerar. La exageración es una falta de ética y no gana amistades. Por el contrario, despierta rencores contra la empresa y contra nosotros mismos.
El cliente espera y tiene derecho al trato basado en la ética profesional.
Una falta de ética cometida por un miembro de la organización, puede dañar permanentemente el prestigio de la empresa y pone en peligro su bienestar y el de los que de ella depende.

La obligación moral consigo mismo
La obligación moral consigo mismo es la fuerza que guía al trabajador para actuar correctamente con la sociedad, con la empresa y con el público que ella sirve.
El respecto por sí mismo es la razón de no sucumbir y faltar a la ética. La absoluta convicción de la superioridad de lo moral, moldeará la personalidad del trabajador y hará indestructible su voluntad de actuar según el código de ética profesional.
Alguna vez puede que usted no se sienta conforme con el trato que recibe de un miembro de la empresa. Por una o varias razones usted podrá estar resentido: No le reconocieron sus méritos; no le ascendieron; le reprocharon; le faltaron el respeto, etc.  Cuidado el resentimiento puede inducir al comportamiento inadecuado de la persona, a que esta no reflexione, falte a la ética comportándose de forma inmoral.
Suele suceder que el trabajador resentido empieza a desinteresarse de la empresa, se desinteresa de los usuarios; abandona el trabajo y se une a la competencia, revelando los secretos que le fueron confiados. En pocas palabras, falta de ética.

Publicado por: Adela Ruiz

Fuente:
Material de Apoyo de la Universidad de Los Andes

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